D. RAMON PELAYO DE LA
TORRIENTE, MARQUES DE VALDECILLA
1. EMIGRANTE – INSTALACIÓN EN MATANZAS
Ramón Pelayo de la Torriente nació en Valdecilla el 24 de
octubre de 1850 y murió en su pueblo el 26 de marzo de 1932. Su padre se
llamaba Ramón Pelayo de la Gándara y su madre Manuela de la Torriente Hermosa.
Aprendió sus primeras letras en la escuela de Valdecilla,
pero a los doce años se fue a terminar sus estudios a la escuela de Heras, a
pesar de la distancia que había ( unos 8 Km. Valdecilla-Heras, ida y vuelta),
al parecer, por recibir un castigo injusto del maestro de la escuela, él junto
a otros compañeros fueron castigados ya que habían sido denunciados por el
propietario de un huerto de Valdecilla a causa de un robo fruta. Ramón Pelayo
protestó pero no fue escuchado y hubo de sufrir el castigo.
En agradecimiento al maestro se conserva en la antigua
escuela de Heras una placa con la siguiente inscripción “Antiguo edificio
escuela a la que asistió en los años 1862 y 1863 el Excelentísimo Señor Don
Ramón Pelayo, Marqués de Valdecilla, siendo maestro Don Francisco Diego Bedia”.
A la edad de 14 años partió para Cuba, embarcándose en
Cádiz en el vapor Santo Domingo (perteneciente a A. López y compañía). Desde un
principio, su destino estaba ligado a la Isla de Cuba, ya que gran parte de su
familia tanto paterna como materna se encontraban en la Isla, algunos de ellos
desde el primer tercio del s. XIX, destacando en el mundo de los negocios y
posteriormente en la política.
En el año 1871, Ramón Pelayo, ingresó en clase voluntario del primer batallón de cazadores de Matanzas, permaneciendo al
servicio hasta el año 1891, en que solicita la baja, teniendo el grado de
segundo teniente supernumerario, justificando su decisión en su traslado a la
península.
Durante esta etapa de su vida, en plena juventud,
siempre que desde su lugar de origen se le pide ayuda, responde generosamente.
Dos de sus primeras contribuciones al municipio se producen en la década de los
ochenta, la primera en 1884, cincuenta y un pesos para la construcción de un
nuevo ayuntamiento. Al año siguiente, da una ayuda de cuarenta pesos a favor
del municipio para el sostenimiento del hospital, para el caso de que el cólera
morbo asiático llegará a extenderse por estos pueblos, con el objeto de mitigar
la epidemia que tantos estragos estaba causando en la mayoría de las provincias
de España. Esta generosidad que se inicio con apenas 30 años de edad continuo
hasta el final de su vida, con importantes obras benefactoras en la región que
le vio nacer.
Comenzando a destacar en el mundo comercial, en
Matanzas, figurando en los padrones como uno de los más importantes hacendados.
Llegó a ser gerente de la casa comercial más importante de la población, la
compañía BEA - BELLIDO, eran los representantes de Blomsburg Car. Manufacturing
Co., constructores de carros de carga y volteo para ingenios.
En 1889 se casó en Nueva
York con María Teresa Piedra Pérez, hija de Pedro Ignacio Piedra e Isabel Pérez
Díaz, socio del Ingenio Feliz (Company Sugar- New York), sito en
Bolondrón, partido de Alacranes, pero que por problemas económicos la familia
tiene que abandonar el ingenio en el año 1906.
Con el matrimonio, Ramón Pelayo, inicia una nueva
etapa en su vida: adquisición del Ingenio Rosario y su vinculación al lugar de
nacimiento, con la construcción de su casa en Valdecilla.
2. EMPRESARIO
En el año 1892, Ramón Pelayo comienza su auge
económico con la compra del Ingenio Rosario en Aguacate, pasando a formar parte
de la elite del azúcar.
El pueblo de Aguacate fue fundado en el año 1796,
repartiéndose los vecinos que se establecieron en el lugar los terrenos para el
desarrollo de sus actividades agrícolas. En el año 1879 debido a su crecimiento
económico: intensificación de la agricultura y el establecimiento de diversos
comercios, se decidió la creación del ayuntamiento.
El municipio
de Aguacate perteneciente a la provincia
de la Habana, tiene una superficie de 179 km2 y está dividido en 8
barrios: pueblo de Aguacate, Averhoff, Bainoa, Caraballo, Compostizo, Mamey
Duro, Ponce y Reloj.
Su producción principal es la caña de azúcar, la cual
era molida en el central “Rosario”, además se cultivaba café y maíz, contribuyendo también al desarrollo
económico del lugar la ganadería.
El pueblo de Aguacate está atravesado por el
ferrocarril, quedando así unido a las ciudades de La Habana y Matanzas, lo que
facilitaba el transporte de las mercancías ya que ambas ciudades disponían de
puerto, este hecho también contribuyó al desarrollo del central.
EL INGENIO
ROSARIO 1892-1920: DE TRAPICHE A CENTRAL AZUCARERA.
El azúcar constituyó
una fuente de riqueza en Cuba. Su proceso de fabricación se fue perfeccionando
a medida que se incorporaban los adelantos técnicos a la industria.
El Ingenio Rosario fue fundado en 1851 por el
montañés Pedro Morales Armenteros. Los herederos de Pedro Morales, vendieron la
finca a Ramón Pelayo de la Torriente, en unión de otras fincas más (51
caballerías y 17 cordeles) por el precio de 220.000 pesos, 100.000 recibieron
de contando y los restantes 120.000 pesos quedaron reconocidos en hipotecas a
favor de dichos señores. Esta venta se realizó el 11 de junio de 1892.
Cuando Ramón Pelayo se hace con la propiedad de la
hacienda era ésta una modesta plantación de azúcar. Pero frente a los problemas,
empezó a transformarla, con eminentes cambios tecnológicos.
Un primer
obstáculo de orden material era la dificultad de las comunicaciones. Entonces
vio el partido que podía sacarse de una infraestructura viaria privada que cruzara el territorio en que estaba
instalado el batey “Rosario”. Estas líneas permitían adentrarse en las
diferentes plantaciones azucareras y facilitaban su transporte hasta la misma
instalación fabril.
Al mismo tiempo fue mejorando la instalación
adquiriendo nuevas máquinas, locomotoras, carros jaulas; construyendo
edificios, etc. En 1897 adquirió la primera locomotora con fogón para carbón.
Ramón Pelayo, aportó el ingenio Rosario y otras
fincas más a la sociedad anónima bajo la denominación “Rosario Sugar Company” el día 14 de julio de 1896.
Durante la Guerra de la Independencia (1895-1898),
las edificaciones del Ingenio Rosario fueron utilizadas por los soldados
españoles que estuvieron por la zona de Aguacate, hallando en el lugar refugio,
hospital y recursos.
Finalizada la contienda bélica, Ramón Pelayo decide
permanecer en Cuba, y a comienzos del nuevo siglo empieza una nueva
transformación de la Central azucarera.
Ramón Pelayo no sólo mejoró la industria adquiriendo
maquinarias, locomotoras, construyendo edificios, ramales del ferrocarril,
etc., sino que logró que los
propietarios de las fincas rústicas constituyeran servidumbre de paso a favor
del ingenio Rosario para ampliación del negocio.
Otro momento culminante, en la historia del central
fueron las reparaciones del año 1913, cuando se instalaron y construyeron varios equipos
importantes tales como: una chimenea de hierro de 175 pies, un tandem marca
cail de fabricación francesa, dos tachos cail, un basculador cail, construcción
de las naves de maquinarias y basculador, etc. Con las innovaciones antes
señaladas, a partir de la zafra de 1914 la molida diaria fue de 160.000
arrobas. 1914, es una fecha fundamental,
comienza la primera guerra mundial, en Cuba se produce una bonanza económica ya
que sus productos pasan a ser solicitados por los EE.UU. y aumentan las
demandas de Gran Bretaña, Francia e Italia beligerantes contra las fuerzas de
los Imperios Centrales. El azúcar pasa a aumentar su cotización ya que no solo
es un alimento básico, sino también material estratégico para la fabricación de
explosivos. Se crea la moneda nacional, que hasta el año 1961 tuvo paridad con
el dólar.
En febrero de 1917 hay una sublevación del partido
liberal (general Miguel Gómez y su hijo Miguel Mariano), contra los
conservadores (Menocal), a causa del fraude electoral de las elecciones
celebradas en noviembre de 1916, en una carta de Ramón dirigida al General
Felipe Alfau refleja la situación que se estaba viviendo en aquel momento
“Aquí estamos
padeciendo una nueva revolución, no puede usted darse cuenta del apasionamiento
que reina entre los dos partidos que se disputan el poder, ya tienen paralizada
la zafra en algunos ingenios y cortado el ferrocarril entre Camagüey y las
Villas, hay que esperar que no se prolongue muchos días””.
Unos meses después,
escribe a Manolo Rionda,
“Te agradezco mucho tu carta con
cálculos sobre producción de azúcar de Cuba y valor probable. Cierto que es
necesario a Uds. Meditar sobre todos los lados de ese basto negocio, pero lo
prudente parece debe ser, ir liquidando a los precios actuales, que ya son
fabulosos. Esa es la táctica para los productores para uds. Como vendedores, y
hacerlo así, tiene cosas oscura para asegurar el mejor resultado final. No creo
que ese gobierno abandone el buen sentido, parece verse que hará ejército y
verá lo que hará de él, cuando lo pueda disponer. Si sigue así, ira bien el
interior de ese país y la guerra habrá terminado para entonces y los de EE.UU
tendrán la supremacía del mundo”.
En las comunicaciones que mantiene con Antonio
Fernández & Co., de Santander, entre 1915-1919, siempre hace referencia a
los problemas para la exportación del azúcar a España, son a los únicos que
sirven azúcar y lo realiza por amistad.
La zafra de 1920 empezó el
primero de diciembre de 1919 y terminó el 31 de mayo de 1920. Este también fue
el último año de Ramón Pelayo en el Central Rosario y en Cuba. En la última
zafra trabajaron 233 inmigrantes, 180 españoles en la industria y 53 chinos en
la agricultura.
Al terminar la zafra de 1920, Ramón Pelayo liquidó sus
negocios en Cuba vendiendo todas sus propiedades a la Hersey Corporation en la
cantidad de 8 millones de pesos.
3. BENEFACTOR: SU LEGADO EN CANTABRIA Y ESPAÑA
El
Marqués de Valdecilla, no sería el personaje que representa para la sociedad,
sino fuese por su faceta de benefactor, otros también destacaron en el mundo
de los negocios, pero únicamente, sin
restar valor a su iniciativa, solo realizaron las escuelas y algunas carreteras
en los lugares que les vieron nacer.
Cuando en el año 1916 le fue
concedido el título de Marqués de Valdecilla, no influyó tanto su labor
benefactora, como su auxilio a las tropas durante la guerra de la independencia
cubana. En todo esta investigación, es de destacar, el aprecio que procesaba a
la monarquía española, junto con otros montañeses contribuyó a la construcción
del Palacio de la Magdalena para el veraneo real y el Hotel Real; también
durante la visita que don Alfonso XIII realizó a las Hurdes en el año 1922, y
viendo la situación de la zona de miseria, don Ramón Pelayo cooperó con ayuda
económica para la mejora de la comarca. Y de este modo, podríamos dar más datos
de su amistad con la monarquía española, que fue continuada por su sobrina
María Luisa Gómez Pelayo.
3.1.EDUCACIÓN
Hasta bien entrado el segundo tercio del siglo XX y especialmente desde
mediados del siglo XIX, tiene lugar en Cantabria la creación de numerosas
escuelas debidas a iniciativas particulares. Se trata de donaciones o legados
de personas enriquecidas, por lo general de origen humilde que contribuyen a la
difusión y modernización de la enseñanza. Entre estos benefactores destaca el
Marqués de Valdecilla, que desde la primera década del siglo XX dotó a
numerosos pueblos de la región con escuelas, construyéndolas unas a sus expensas,
y otras proporcionándolas de
equipamientos o contribuyendo con dinero para que se pudiesen realizar, por la
poca correspondencia que se conserva no se conoce los motivos que elige el
realizar estas obras, aunque si sabemos que cuando invierte su dinero en ellas
se debe de justificar la inversión tenemos varios ejemplos sobretodo referidos
al municipio de su origen.
En el Medio Cudeyo construyó las escuelas de Valdecilla,
inauguradas en el año 1912. El 20 de agosto de 1913 fueron visitadas por los Reyes
de España, Alfonso XIII y Victoria Eugenia, quedando muy satisfechos y
considerándolas las mejores que habían vistos en España hasta la fecha. Las
escuelas públicas municipales de planta baja y de moderna construcción para
niños de ambos sexos, con sus patios de recreo cerrados, parque para expansión
de los niños, servicio de aguas y carretera de acceso para Valdecilla y
Solares, construido todo el entorno a expensas del propio Don Ramón; con la
intención de que en ellas los niños de ambos sexos reciban al mismo tiempo que
la enseñanza, hábitos de limpieza y aseo dentro de un ambiente cómodo y sano.
En 1913
participó en la ejecución de las escuelas
de San Salvador con 10.000 pesetas. En el año 1921 entregó la escuela y carretera de Santiago de Cudeyo.
En el año 1927 donó las escuelas de
Heras, también construidas a sus expensas en terrenos donados por la
Junta vecinal.
Fuera del municipio, las primeras escuelas que realizó
fueron la del pueblo de Orejo, construidas en el año 1910, además como
complemento a la obra se había realizado la conducción de aguas desde el
manantial Monte de la Muela para el servicio de la escuela y una fuente pública con el sobrante de las
aguas y la casa para el maestro, siendo donadas al municipio en el año 1911.
Asimismo las doto de material de enseñanza y mobiliario. En 1915 construye las
escuelas de Setién y las de Elechas, también con las casas para maestros y
servicio de aguas. En 1923 se hace la entrega de las escuelas de Pontejos.
Conservándose placa conmemorativa del acto “Año
1923 los vecinos de Pontejos al Excelentísimo Señor Marqués de Valdecilla
generoso donante de este grupo escolar”.
Además construye los grupos escolares de Riaño y
Mirones. Colaboró en la construcción de las escuelas de: Asón, Bárcena de
Cicero, Barros, Barreda, Bezana, El Bosque, Cabárceno, Caloca, Carriazo,
Castillo Pedroso, Cieza, Hazas de Cesto, Hornedo, Lastras, Lerones,
Mentera-Barruelo, Miera. Moncalián, Navajeda, Ogarrio, Pedreña, Penagos,
Pesaguero, Piñeres, Praves, Puente Viesgo, San Martín de Quevedo, San Miguel de
Luena, Soto de la Marina, Tanos, Tresviso.
Reparación de la casa para la maestra de San Roque de Riomiera.
3.2. INVERSIONES EN INFRAESTRUCTURAS Y DOTACIONES ECONÓMICAS
Las primeras inversiones las
realizó en Valdecilla, su pueblo de nacimiento,
pero se extendieron al resto del municipio de Medio Cudeyo, ya desde los años ochenta del S. XIX hasta su
fallecimiento, donde mostró una gran preocupación por dotarle de servicios para
su prosperidad y mejora. Entre las obras y donaciones más destacadas figuran:
Donación al pueblo de Valdecilla de la Casa-Concejo en el año 1907. En dicha donación se incluyó una
partida de libros y revistas referentes a agricultura, ganadería, cultivos, en
beneficio de los vecinos de Valdecilla.
Construcción del edificio dedicado a Ayuntamiento, Juzgado
y Cuartel de la Guardia Civil, inaugurado el 16 de octubre de 1909.
Otras infraestructuras con las que dotó al municipio:
traída de agua para los pueblos de Valdecilla y Solares, cediendo su uso al ayuntamiento
en octubre de 1924; reedificación del mercado de abastos y ferial de la
Ventilla, Solares, en el año 1927;
construcción de carreteras en el municipio (Valdecilla, Solares,
Santiago, Anaz...) para la mejora de las comunicaciones; mejoras y ampliación
del cementerio de Valdecilla; adquisición de terrenos en Hermosa para granja
agropecuaria, posteriormente donados a la Diputación de Santander.
Importantes fueron las inversiones realizadas en el
municipio, pero su ayuda desinteresada se dirigió a toda la región, incluso
fuera de ella. Se preocupó fundamentalmente de promocionar la educación, pero
también se interesó por otros aspectos de la vida social (la sanidad, ocio): en
Cuba contribuyó en la construcción del Panteón de los Montañeses en el Cementerio
Colón de La Habana.
En Madrid, participó en el proyecto de abastecimiento
de agua potable a Madrid; donación de 1.000.000 pesetas para Universidad
Central.
Colaboración en la construcción de la institución
benéfica Reina Victoria, también conocida como “Gota de Leche”, en Santander,
cuyo objetivo esta luchar contra la excesiva mortalidad en los niños. Fue
construida con los donativos de los emigrantes cántabros en Cuba.
Concesión de
ayuda económica para la construcción de la Casa-Cuartel de la Guardia Civil de
Liérganes. Subvención de 60.000 pesetas a la Sociedad Deportiva del Racing de
Santander.
Aunque su obra más destacada y en la memoria de todos los
cántabros es la Casa Salud de Valdecilla.
El proyecto que se inició años atrás, pero fue en 1926 cuando Ramón Pelayo
cambia de planes, tras un intento fallido, al cual la sociedad santanderina no
respondió. Además de una falta de entusiasmo por parte de las autoridades,
poniéndose en los ambientes locales y se hace cargo de la obra, financiándola en
su totalidad siendo inaugurada en 1929.
El hospital concebido por Ramón Pelayo, utilizó parte del
modelo ensayado por Henry Ford, en cuanto que donó tierras, edificios y
equipamientos más un capital inicial de cuatro millones de pesetas. El proyecto
es encargado a Gonzalo Bringas, realizando un viaje por los hospitales europeos
entre los meses de diciembre de 1926 y enero de 1927. La Casa Salud de
Valdecilla, fue una institución singular en su tiempo, novedosa en el tiempo,
por los que participaron en su creación.
Esta es su última
donación conocida, el 26 de marzo del año 1932 fallece en su finca de
Valdecilla, a los 82 años de edad, es un momento de homenajes y artículos en la
prensa regional y nacional. Destacando entre otras el monográfico que dedica la
revista “El Magisterio provincial. Voz del magisterio montañés”, el 1 de
abril de 1932, con artículos de inspectores de enseñanza, directores, maestros,
alumnos de magisterio, dedicados a su labor benéfica